De entre los Datos de Interés de Estambul destacamos:
Clima: El clima en Estambul es bastante incierto. Los veranos son cálidos y húmedos y, a pesar de que las temperaturas rebasan pocas veces los 28ºC, la humedad puede incrementar la sensación de bochorno. Mientras que los inviernos son fríos y con nevadas puntuales, siendo la temperatura media de 6º. Es recomendable consultar las predicciones antes de viajar, porque el tiempo en la ciudad puede cambiar rápidamente.
Horarios Comerciales: Es importante recordar que en Turquía la diferencia horaria es de una hora más que en España. Las oficinas de Administración abren de 8,30 a 12,30, y de 13,30 a 17,00, cerrando sábados y domingos. Los bancos tienen el mismo horario, y el Gran Bazar y el Mercado Egipcio de las Especias abren de 8,00 a 19,00, cerrando domingos y festivos.
Visado: Para viajar a Turquía sólo hace falta el DNI o pasaporte, que deben permanecer en vigor hasta tres meses después de finalizar el viaje. El visado se obtiene al llegar a Turquía, en la aduana; tiene una duración de tres meses y cuesta 10 € (para conseguirlo, hay que buscar la ventanilla del aeropuerto donde diga VISA).
Propinas: En Turquía sí hay costumbre de dejar propinas cuando se obtiene un servicio. Normalmente, suelen corresponder a entre un 10 y un 20% de la tarifa total.
Prefijo Telefónico: para llamar a Turquía desde el extranjero, hay que marcar 00 (internacional), 90 (prefijo del país), 212 (prefijo de Estambul) y el número. Para llamar a otro país desde Turquía, marcaremos el 00, el prefijo del país, el de la ciudad y el número.
Electricidad: La electricidad es de 220v /50-60hz, similar a la española. El formato de enchufe es el europeo, de clavijas redondas.
Moneda: La moneda oficial de Turquía es la lira turca; un euro equivale aproximadamente a dos liras turcas. Sin embargo, a la hora de comprar, en Turquía no suele haber problemas en pagar con euros o dólares. Es recomendable cambiar dinero antes de entrar al país para hacer determinados pagos, como por ejemplo en los taxis; si pagamos con euros o dólares, nos arriesgamos a que nos engañen con el cambio.